miércoles, 8 de octubre de 2014

Lo que tu haces habla tan fuerte, que lo que dices ya no se escucha

Algunos hablan de contradicciones, otros de incoherencias, eufemismos todos para ponerle una cuota creativa a una simple y sencilla palabra que a mi entender define mejor la situación. Mentiras.
No son simples contradicciones la construcción de poder con discursos pro defensa de los derechos humanos y la aplicación de ese poder para matar etnias o negar a los jubilados lo que la justicia ya determinó. Los hechos, son claramente más fuertes que el mejor de los discursos.
Ni es apenas una incoherencia seducir a los jóvenes con discursos antiimperialistas para entregar luego algunos negocios energéticos a la nave insignia del imperialismo (salvo que nos quieran hacer creer que Chevron es una empresa prosoviética).
Del mismo modo que no es una contradicción simple el pretender que la libertad de expresión pasa por acallar voces disonantes, cerrar medios de comunicación, evitar investigaciones periodísticas y adormecer a la opinión pública con un discurso monocorde mezclado con fulbito y programas de contenido hueco, que mienten buscar la realización de un sueño a través del baile de famosos cuando lo que en realidad hacen es usar la batalla entre la tristeza y la esperanza de los soñadores para conseguir más raiting.
Ni confundir la desgracia genuina de quienes necesitan asistencialismo con la vagancia inescrupulosa de quienes prefieren el clientelismo.
O ensuciar con una operación de prensa inexplicable a un sacerdote humilde como Jorge Bergoglio simplemente porque fue convertido en Papa sin ser “del palo”. Argumentar su colaboracionismo con el régimen de la dictadura fue la más aberrante mentira pergeñada por los “ideólogos del amor”  debió ser pagada muy cara por la mujer más poderosa de la Argentina que debió poner la cara en la ceremonia de asunción de FRANCISCO en un gesto asquerosamente desvergonzado, después de habero maltratado en cuanta ocasión tuvo cuando la relación de poder era otra.
Capítulo aparte merece el bochornoso acuerdo firmado por el gobierno argentino con su par iraní para la resolución de la causa AMIA, mas parecida a una solicitud irrestricta de ingreso al club mediante el alineamiento económico y político que a la indispensable búsqueda de verdad y justicia para toda la ciudadanía, vista como una sola víctima, corporizada en la irreparabilidad de sus muertos y el eterno dolor de las familias mutiladas.
Mentiras y no contradicciones son las que nos gobiernan. Mentiras y no incoherencias son las que usan para construir poder.
Pero llegará el día en el que se cumpla la máxima que titula este post. El día en que los filósofos que no saben dudar, los militantes de góndolas de refrigerados, los funcionarios ausentes en las tragedias y los responsables de esas tragedias, los serviles genuflexos que invocan la mentira como modelo solo para robarse unos cuantos mangos, quedarán desnudos ante la mirada de los pobres a los que han abusado. Llegará el día en que se cumpla. “Aquello que tu haces, habla tan fuerte, que lo que dices ya no se escucha”